Todos los años nos hacemos un tiempo para visitar el balneario La Paloma donde el artista naïf Alfredo "Lucho" Maurente (San Carlos, 1919 - La Paloma, 1975) supo llevar adelante un restaurante informal y realizar gran parte de su producción artística: pintura sobre tela, talla en madera y esculturas en arena y portland expuestas a cielo abierto.
Desde su muerte, cuando su casa fuera destruida, hasta el día de hoy, las esculturas que se salvaron de esa primera piqueta fatal han sufrido los estragos de la intemperie, el vandalismo y las restauraciones desafortunadas.
Con este registro sistemático y de documentos fotográficos que hemos ido recabando se puede analizar la evolución de las esculturas (la erosión, la sucesivas reposiciones cromáticas, etc.) con miras a su protección y a su puesta en valor en la comunidad.
En este sentido, pareciera que las autoridades rochenses hubieran leído el informe que hicimos en el 2016: Las esculturas a cielo abierto de Lucho Maruente. O, tal vez, fue casualidad, pero lo cierto es que pareciera que los reclamos hubieran sido muy mal escuchados (o muy mal leídos).
El deterioro de El Cristo de los Pescadores en la playa Los botes era ciertamente preocupante como lo mencionamos en el informe del 2016, pero la reparación a la que fue sujeto nos deja aún más preocupados. La faltante que denunciamos de la "corona de espinas" fue repuesta con tan poca pericia que más parece la visera de un gorro.
1965
2018
El excesivo revoque aplicado también termina ocultando algunos detalles importantes que hacen a la calidad de la pieza escultórica. El esfuerzo económico y humano que se puso en repararla, de haber estado bien orientado y mejor documentado, no habría naufragado en esta tempestad de torpezas técnicas. No hace falta ser un experiente oficial albañil para lograr un mayor parecido a la pieza original (quizás el obrero o artesano no contaba con la documentación necesaria, es la única explicación que le encontramos).
Otra acción interventora, que de por sí no es mala y sin duda es bien intencionada, es el traslado de la Virgen de la Paloma desde el frente de la casa de la pintora Martha Nieves (principal salvaguarda de la obra de Lucho al momento de la destrucción de su casa-restaurante) a un sitio de mayor visibilidad pública, al frente del Museo de La Paloma en la vieja estación de trenes.
Aquí el problema es que no se pensó siquiera en una señalización, ni en una colocación cuidadosa que respetara el prestigio de la figura de la Virgen para el balneario. Tampoco se previó una disposición espacial que la protegiera un poco de la inclemencia de los elementos. La Virgen ha quedado prácticamente enterrada, sin un basamento -no decimos pedestal- que la sostuviera y nos dejara ver sus hermosos pies, al mismo tiempo que ha perdido el color que en una intervención anterior, y con muy buen tino, se le había colocado.
2012
2018
El resto de las esculturas siguen erosionándose (las dos sirenas, el marinero que están en la Plaza al inicio de la avenida Solari) o no aparecen (el angelito que le rezaba al Cristo de los pescadores) y la preocupación, pues, aumenta. ¿Qué se está esperando para reunir las piezas en un solo espacio abierto (el Cristo con el ángel por un lado, las sirenas con el marinero y la Virgen de la Paloma por otro) con una guía temática que las ordene y les devuelva el sentido histórico que han perdido? ¿Es tan difícil conseguir a un albañil que sepa dar una terminación y mezclar la tierra de colores con propiedad?
Lamentamos profundamente esta situación porque nos consta que no pueden sino ser bien intencionadas las acciones que se han tomado, y lo lamentamos por ello doblemente, porque partiendo desde una iniciativa desinteresada han empeorado las cosas. A la buena acción hay que sumarle el conocimiento y la documentación necesaria.
El Cristo de los pescadores en los años sesenta en su emplazamiento original en el viejo puerto de La Paloma.
El Cristo y el angelito en su ubicación original en 1974.
El Cirsto en el año 2008.
Detalle del Cristo en el 2008
El angelito en el 2008 (en la casa de Martha Nieves)
El Cristo en 2015.
Detalle de El Cristo en 2015 con la faltante de la "corona de espinas".
El Cristo en 2016.
Detalle en 2016.
Detalle en 2016.
Detalle en 2018.
Detalle año 65. Obsérvese los detalles de la corona y las líneas que dan expresividad al rostro.
Virgen de La Paloma años 60'.
Detalle años 60'.
Detalles de la Virgen de La Paloma año 2012 en la casa de Martha Nieves
Virgen año 2015.
Detalle año 2015.
Virgen de La Paloma año 2016.
Detalle en 2016.
Detalle en 2016.
Detalle en 2018
Detalle de los pies de la escultura en 2018.
Detalle de la paloma, 2018.
Detalle en 2016.
Detalle en 2016.
El Cristo en 2018.
Detalle en 2018.
Detalle año 65. Obsérvese los detalles de la corona y las líneas que dan expresividad al rostro.
Virgen de La Paloma años 60'.
Detalles de la Virgen de La Paloma año 2012 en la casa de Martha Nieves
Virgen año 2015.
Detalle año 2015.
Virgen de La Paloma año 2016.
Virgen de La Paloma en 2018, al frente del Museo de La Paloma.
Detalle en 2018
Detalle de los pies de la escultura en 2018.
Detalle de la paloma, 2018.
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