Teníamos conocimiento de la obra de Aníbal Brizuela (Lanús, Argentina, 1935 - 2019) a través de los folletos que nos enviaba hace un tiempo la galería parisina Christian Berst (art brut Paris), que trabaja con artistas de todo el mundo, como el uruguayo Alexandro García, participante de la primera muestra de Arte Otro en Uruguay.

Tuvieron que pasar ocho años para que volviéramos a tener noticias de Brizuela, cuando la artista y curadora rosarina Claudia del Río nos visitó para una actividad en CasaMario de Montevideo y nos dejó este libro sobre Brizuela que no sabemos dónde fue a parar pero que finalmente compramos en Buenos Aires. La estadía de Claudia coincidió con el fallecimiento del artista en Argentina. No tuvimos la oportunidad de conocerlo personalmente.
Este preámbulo solo viene a ejemplificar los modos un tanto rebuscados en que circula una producción artística marginal en muchos sentidos. La visibilidad pasa a menudo, aún hoy, por la metrópolis europea, y llega como un eco tardío a nuestro conocimiento, cuando siempre estuvo cerca. En cierta forma, como el título del libro que estamos recomendando Brizuela es un Espíritu que vuelve. Recogemos en su homenaje algunas imágenes y textos de este libro publicado por la editorial rosarina Iván Rosado para su serie Maravillosa Energía Universal, obra que recomendamos calurosamente.
"Aníbal Brizuela nació en Lanús, provincia de Buenos Aires, el 11 de abril de 1935.
Cuenta que en su niñez vivió con su familia frente a un regimiento militar. Luego de confusos episodios en su juventud, es encontrado perdido. En el año 1963 es internado en el Hospital Psiquiátrico Dr. Abelardo Irigoyen Freyre de la localidad de Oliveros, provincia de Santa Fe. Desde entonces, y a lo largo de más de cincuenta años, llevó una vida austera dentro de la Colonia Psiquiátrica, colaborando en tareas internas del Hospital y dedicándose a su vez, silenciosamente, a realizar dibujos con biromes sobre papeles encontrados o cajas de remedios.

En 2011 se estrenó Tanke Papi, largometraje documental dirigido por Rubén Plataneo que cuenta la historia de Brizuela y el recorrido de su obra por circuitos de arte contemporáneo argentino.
En el año 2012 es externado de la Colonia Psiquiátrica. Vive en Oliveros, donde continúa su producción." (Prólogo sin firma. El libro fue publicado en el año 2017. Desconocemos la fecha exacta de fallecimiento de Aníbal Brizuela, que estimamos fue hacia abril-mayo de 2019).
"Fragmento del texto de Fabiana Imola: Aníbal, el hombre del complot.

Aníbal tiene como fuente de inspiración a la literatura de ciencia ficción. En la obra de Aníbal puede verse la cantidad de signos que hay sobre los aparatos de conspiración del planeta. Hay elementos en su dibujos que parecen querer alertar a la humanidad sobre una serie de males que pueden ocurrir. En un punto, la simbología de Aníbal parece habitar los tiempos de la guerra fría pero también puede tornarse más contemporánea, mencionando ataques represivos, la contaminación, la intoxicación por distintas vías, las radiaciones atómicas o de cualquier tipo de armas, el espionaje y el contra-espionaje. Podríamos decir que Aníbal es el hombre del complot ubicado en tiempo y espacio, jugando con la terminología psiquiátrica.
Parte de la obra de Aníbal también se puede considerar a partir de las reconstrucción de Jean Dubuffet y sus conceptualizaciones sobre el art brut, resaltando los valores salvajes de la obra..."

...Aníbal Brizuela es suave en su hablar, aprieta tanto la birome sobre el papel como si grabara en su memoria para un Braille. El relato que cuenta es intermitente. Esa birome convincente se vale de plantillas. Hay una lógica interna que me recuerda a un ramo de éxtasis. El sistema es constructivo, ficcional e informativo, tiene una radio en la oreja. Baja lenguas qeu usan los médicos, tapas y cajas; esos son los patrones de su trabajo. El suceso de creación donde el autor es medium. Dice que escucha voces que le dictan lo que escribe...
- Aníbal, ¿qué es el amor?
- El amor es el corazón de la mente."
***
Textos de Brizuela escritos en el marco del taller de escritura de la Colonia Psiquiátrica Oliveros coordinado por Hernán Camoletto.

***
"Cuando cierro la vista, aparece el santuario. Los perros no entran. Bajan las luces y se abren las puertas.
Adentro, las formas. Se mueven solas. Están conectadas y me conectan.
Pienso en el sol y aparece. La ventana es de oro rojo, azul, negro.
Parece el pabellón pero no estoy allí.
La voz sale de atrás y de arriba. Parece una voz pero no se siente. Aparece en mi cabeza y se queda ahí. Casulla.
Las formas se mueven..."
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