Mujeres extraordinarias en la colección involuntaria (Arte Otro en Uruguay)


Ya está casi todo dicho en el título. Esta exposición* reúne algunas piezas de arte de mujeres cuya producción extraordinaria solo se compara con sus propias peripecias vitales. Obras de arte de pequeño formato que han sido tocadas por el encanto de una solución creativa personalísima, transversal a las corrientes artísticas en boga. 

Son creaciones que han sido donadas por sus autoras o por sus legatarios al proyecto Arte Otro en Uruguay con la intención de darlas a conocer mejor. Pero dicho proyecto, que desde hace 15 años viene realizando un relevamiento de los creadores autodidactas en el país, no se propuso una adquisición sistemática ni programada, de allí lo de colección involuntaria, pues simplemente aconteció como un proceso de sedimentación artística: las obras fueron llegando en oleadas como el mar deposita en la costa sus preciosos y extraños tesoros, extraordinarios por cuanto todo lo que ha permanecido en el mar se transforma. Y estas 7 mujeres han transformado su vida transformando su arte, y viceversa, iniciando una deriva tan sorprendente como poderosa. 

Y pese a la fuerza del azar que las reunió, y que pertenecen a diferentes momentos históricos –desde los años cuarenta del siglo pasado a la actualidad–, se puede apreciar que comparten ciertos conceptos y sentimientos, que poseen ciertas raigambres sensibles que las integran y vivifican: un halo de utopía y de esperanza (Annie Namer, Alda Pereira), una fragilidad tangible, a flor de piel (Lía Mainero, Rosa Cazhur, Carmen García), un soplo telúrico, trascendente (Magalí Herrera, Olga Olivera). 

 




La obra de Lía o “Lita” Mainero  (Montevideo, 1902-1964) tiene por protagonistas a las "loquitas", así ella las llamaba cariñosamente: unas niñas rebeldes, libertarias, que se exponen a situaciones de peligro en una atmósfera encantada, como de tenebrosos cuentos de hada. 



Para Rosa Cazhur (Durazno, 1947-San José, 2020)  los temas de la maternidad, la pareja y el dolor atraviesan sus acuarelas y sus poesías, de una sensibilidad exquisita.  Despiertan ternura y empatía porque están pintadas de un modo sincero y visceral y porque tienen al amor como última meta. 




Por su parte, Alda Pereira (Tacuarembó, 1945-Rivera, 2019), maestra de profesión, con sus pinturas lúdicas e  irreverentes como sus queridos alumnos, invierte o trastoca el orden establecido. Con La gallina azul Alda propone un símbolo femenino que partiendo desde el contexto más casero, lo eleva y resguarda –obsérvese el enmarcado casi heráldico del cuadro– tal flor azul de Novalis, a la categoría de lo maravilloso.




La representación ingenua de un mundo carente de maldad es para Annie Namer (Budapest, Hungría, 1930-Montevideo, 2020) más que solución artística, un auténtico anhelo de hermandad. Sus óleos y pasteles pintados con una técnica similar al bordado, poseen los atributos de una manualidad fantástica y liberadora, al igual que sus alegres temas.




De Magalí Herrera (Tranqueras, 1914-Paso Carrasco, 1992) presentamos ocho obritas pequeñas que, sin embargo, podrían verse como un germen de sus pinturas cósmicas de gran formato. Paisajes brumosos, formaciones marinas, cavernas y fuegos: tal vez estas piezas, que no son bocetos sino miniaturas acabadas, representen exploraciones a planetas desconocidos o vislumbres de regiones espirituales o ultraterrenas.



En esta obra temprana de Carmen García Pernas (Montevideo, 1955) que corresponde a su etapa monocromática, los cuerpos femeninos, voluptuosos, se entreveran en un magma de figuras contorsionadas. Personas, animales e instrumentos de música sirven de metáfora de un cuerpo social múltiple y convulso. Lo salvaje femenino prevalece o se manifiesta como una pulsión atávica predominante en el conjunto.



Olga Olivera (Rocha, 1940) erige con su “Ombú”, realizado con restos fósiles, lumaquela y huesos de lobos marinos, una pieza orgánica y oceánica (costas de Rocha) que reconstituye el tiempo de la vida y de la muerte en tanto proceso cíclico. El ombú solitario es un axis mundi, un eje del mundo “otro” que tan pronto nos eleva a un cielo de pureza –la naturaleza intocada– como nos aterriza a una reflexión sobre lo vacuo y lo perentorio de la vida.


Las propuestas de estas 7 mujeres ofrecen visiones heterogéneas del arte y de la vida, siendo partícipes por igual de un deseo de comunicar su singularidad y su libertad sin reglas. Sus proyectos estéticos son, por tanto, transversales al canon del arte uruguayo, lo atraviesan sin dejarse llevar por la corriente principal: solo siguen su propio devenir creativo.


Pablo Thiago Rocca


* En TRIBU Espacio Cultural, Maldonado 1858, Montevideo. Exposición en el marco de Cósmica (Feria de Arte y Cultura Contemporánea) Inauguración martes 7 de diciembre de 2021 a las 19 horas.

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