El informe Maurente 2020


Aunque demorado por la pandemia, no podía faltar este año el "informe Maurente", un relevamiento que venimos realizando de manera sistemática. Las fotografías que dan cuenta del estado de las esculturas de Alfredo "Lucho" Maurente (San Carlos, 1910 - La Paloma, 1975) a cielo abierto, ubicadas en distintas locaciones del balneario La Paloma, fueron tomadas en febrero de este año y pretenden alertar -una vez más- sobre el deterioro de las piezas y colaborar -con el auxilio de fotografías históricas- a la restauración de las mismas y a la revalorización general de la obra del pescador y artista autodidacta.

Como se podrá ver en la galería de fotos, y comparar con informes anteriores en este mismo blog, la situación de las esculturas sigue un curso de abandono y deterioro alarmante, con más desprendimientos, rajaduras y pérdidas.  Parece que ha llegado un punto en el que las autoridades municipales tomen medidas urgentes para evitar la definitiva pérdida de su valor histórico y artístico. 









La nariz y los pulgares del marinero de la plaza al inicio de la avenida Solari, se han desprendido. El Cristo de los Pescadores en la playa Los Botes presenta más fisuras y partes en que las que se observa el óxido de las varillas de hierro estructurantes (eso sucede también en otras esculturas como la del marinero). La sirena "rubia" muestra un desprendimiento de revoque o mortero a la altura de la mejilla derecha que afea mucho su apariencia; la Virgen de la Paloma, situada al frente del Museo de La Paloma, despinte y rajaduras en la base; la sirena "morocha", la pieza más mutilada, continúa en un proceso de daño creciente.








La  novedad respecto al año anterior es la sala dedicada a Lucho Maurente en el Museo de La Paloma. El museo, dependiente de Asociación Civil e Intendencia de Rocha, funciona en la vieja estación de tren del principal balneario rochense, muy cerca de donde "Lucho" montó su rancho a mediados del siglo pasado y a unos pasos de la plaza con la sirena "rubia" (antigua cariátide de su restaurante) y el marinero, al inicio de la principal avenida del balneario.











La directora de la sección de museos de la Intendencia Departamental de Rocha, Alda Pérez, concibió un nuevo espacio para el artista dentro del museo que se habilitó en octubre del 2019, y nos contó de la participación de un grupo de liceales que se involucró con el proyecto y realizó algunas piezas alusivas. "Este es un pequeño paso tras la valoración de Lucho" afirmó Alda, y lo es, ciertamente. Dos de las tres pinturas originales de Lucho que allí se exhiben muestran la Bahía chica, que se ve desde allí mismo. Una de ellas representa al Cristo de los Pescadores: pintura auto-referencial de Lucho que muestra el paisaje de las dunas, las casuchas de los pescadores y el emplazamiento original de la escultura tal como se veía o, mejor dicho, como el artista naïf veía a su obra, El Cristo de los Pescadores, in situ





También se exhibe una obra de Martha Nieves (San Carlos, 1926 - Maldonado, 2014) responsable del rescate de estas obras en arena y cemento cuando la destrucción del rancho-restaurante de Lucho en 1975. La pintura de Nieves, con un fuerte amarillo cromo de fondo, denuncia la rotura de un brazo de la escultura del Cristo de Lucho, seguramente alusión a otros quiebres sociales y anímicos, con la leyenda: "...sucedió en La Paloma" (y con fecha 1995).






Las obras pictóricas pues, han sido bien escogidas, pero el guión museográfico en general es bastante errático y las instalaciones no reúnen las condiciones de conservación y cuidado dignos de un museo que debería estar preparado para recibir visitantes de todas partes del mundo. La propuesta museográfica y curatorial de la vieja estación del tren abarca diferentes tópicos del balneario y recoge historias muy disímiles, desde fotografías de los surfistas pioneros a la exhibición de un ojo de buey pasando por ejemplos de modelismo naval... 








Reconocemos el esfuerzo realizado pero La Paloma merece una propuesta museística de mayor calidad que dinamice la actividad cultural y dialogue con el cercano Centro Cultural de La Paloma. 










Ese espacio de la vieja estación, bien podría recoger la historia local a través del relato de la vida y obra de Maurente como hilo conductor, con un guión que absorba lo "naïf" como tono de enunciación para una historiografía de carácter local. 

Sería también el lugar ideal para dar cobijo a algunas de estas piezas de Lucho que se están dañando por la permanente exposición a los elementos y la intemperie.

Conocemos bien las limitaciones presupuestales de los municipios y el escaso renglón con que cuentan las propuestas culturales en las arcas públicas. Pero no es posible pensar una oferta turística y cultural seria, diferenciada, sin considerar la historia del lugar y la enorme oportunidad que significa la calidad artística de este creador autodidacta, con una fama que trascendió fronteras. 





















Aníbal Brizuela (1935 - 2019) Espíritu que vuelve


Teníamos conocimiento de la obra de Aníbal Brizuela (Lanús, Argentina, 1935 - 2019) a través de los folletos que nos enviaba hace un tiempo la galería parisina Christian Berst (art brut Paris), que trabaja con artistas de todo el mundo, como el uruguayo Alexandro García, participante de la primera muestra de Arte Otro en Uruguay. 

Hacia setiembre de 2011 la galería anunció una exposición de Aníbal Brizuela junto a obras de Rosa Cazhur (sí, "nuestra" Rosa, aunque en el folleto figura como de nacionalidad argentina), Carlo Stella (Perú), Albert Mouhabed (Israel), Peter Kapeller (Austria), Melvin Way (EEUU), Eric Benetto (Francia) y Loïc Lucas (Francia). Brizuella aparecía en la muestra colectiva como figura principal, y la muestra titulada "rentrée hors-les-normes 2011" vendría acompañada de un catálogo que no llegamos a ver (pronto cesaron los envíos de correo postal y continuaron solo las comunicaciones digitales).

Tuvieron que pasar ocho años para que volviéramos a tener noticias de Brizuela, cuando la artista y curadora rosarina Claudia del Río nos visitó para una actividad en CasaMario de Montevideo y nos dejó este libro sobre Brizuela que no sabemos dónde fue a parar pero que finalmente compramos en Buenos Aires. La estadía de Claudia coincidió con el fallecimiento del artista en Argentina. No tuvimos la oportunidad de conocerlo personalmente.

Este preámbulo solo viene a ejemplificar los modos un tanto rebuscados en que circula una producción artística marginal en muchos sentidos. La visibilidad pasa a menudo, aún hoy, por la metrópolis europea, y llega como un eco tardío a nuestro conocimiento, cuando siempre estuvo cerca. En cierta forma, como el título del libro que estamos recomendando Brizuela es un Espíritu que vuelve. Recogemos en su homenaje algunas imágenes y textos de este libro publicado por la editorial rosarina Iván Rosado para su serie Maravillosa Energía Universal, obra que recomendamos calurosamente.



"Aníbal Brizuela nació en Lanús, provincia de Buenos Aires, el 11 de abril de 1935.

Cuenta que en su niñez vivió con su familia frente a un regimiento militar. Luego de confusos episodios en su juventud, es encontrado perdido. En el año 1963 es internado en el Hospital Psiquiátrico Dr. Abelardo Irigoyen Freyre de la localidad de Oliveros, provincia de Santa Fe. Desde entonces, y a lo largo de más de cincuenta años, llevó una vida austera dentro de la Colonia Psiquiátrica, colaborando en tareas internas del Hospital y dedicándose a su vez, silenciosamente, a realizar dibujos con biromes sobre papeles encontrados o cajas de remedios.

Es recién desde el año 2003, a partir de su encuentro con Fabiana Imola, que Brizuela comienza a tener un marco de contención y estímulo para el desarrollo de su obra plástica, no sólo en relación al seguimiento, cuidado y reunión de sus dibujos, sino también por medio de la curaduría de numerosas exposiciones y su inserción en diversos espacios de arte contemporáneo, entre los que destacan: El Levante, Club del Dibujo, Belleza y Felicidad, Peccata Minuta, Museo macro, Fondo Nacional de las Artes, Galería del Infinito y Mal de Archivo. A nivel internacional es artista de la Galería de art brut Christian Berst (París). Sus obras forman parte de numerosas colecciones privadas nacionales y fuera del país.

En 2011 se estrenó Tanke Papi, largometraje documental dirigido por Rubén Plataneo que cuenta la historia de Brizuela y el recorrido de su obra por circuitos de arte contemporáneo argentino.

En el año 2012 es externado de la Colonia Psiquiátrica. Vive en Oliveros, donde continúa su producción." (Prólogo sin firma. El libro fue publicado en el año 2017. Desconocemos la fecha exacta de fallecimiento de Aníbal Brizuela, que estimamos fue hacia abril-mayo de 2019).

"Fragmento del texto de Fabiana Imola: Aníbal, el hombre del complot

Descubrí a Aníbal Brizuela como artista dentro del Hospital, aunque él nunca vino al taller. Un día entro a la administración del Hospital y en ese momento estaba Bety, una enfermera de las más extravagantes y allanada a la charla franca, y me encuentro con una carpeta gigante de dibujos con lo que quedo re flasheada. 'Esto de quién es?' -pregunto- 'del negro Brizuela que está ahí adelante' -me dice Bety. Él siempre pasaba las mañanas cuidando los autos o llevando cosas de los enfermeros a esterilización, y también -en el mientras tanto- iba haciendo su obra, dejando mensajes en distintos lugares del Hospital. La obra para él eran mensajes que daba, una comunicación en una suerte de jeroglíficos.

Aníbal tiene como fuente de inspiración a la literatura de ciencia ficción. En la obra de Aníbal puede verse la cantidad de signos que hay sobre los aparatos de conspiración del planeta. Hay elementos en su dibujos que parecen querer alertar a la humanidad sobre una serie de males que pueden ocurrir. En un punto, la simbología de Aníbal parece habitar los tiempos de la guerra fría pero también puede tornarse más contemporánea, mencionando ataques represivos, la contaminación, la intoxicación por distintas vías, las radiaciones atómicas o de cualquier tipo de armas, el espionaje y el contra-espionaje. Podríamos decir que Aníbal es el hombre del complot ubicado en tiempo y espacio, jugando con la terminología psiquiátrica. 

Parte de la obra de Aníbal también se puede considerar a partir de las reconstrucción de Jean Dubuffet y sus conceptualizaciones sobre el art brut, resaltando los valores salvajes de la obra..." 



Fragmento del texto de Claudia del Río."Quiero un monstruo mejor, lo encontré, sin historia del arte.

...Aníbal Brizuela es suave en su hablar, aprieta tanto la birome sobre el papel como si grabara en su memoria para un Braille. El relato que cuenta es intermitente. Esa birome convincente se vale de plantillas. Hay una lógica interna que me recuerda a un ramo de éxtasis. El sistema es constructivo, ficcional e informativo, tiene una radio en la oreja. Baja lenguas qeu usan los médicos, tapas y cajas; esos son los patrones de su trabajo. El suceso de creación donde el autor es medium. Dice que escucha voces que le dictan lo que escribe... 

- Aníbal, ¿qué es el amor?
- El amor es el corazón de la mente."




***

Textos de Brizuela escritos en el marco del taller de escritura de la Colonia Psiquiátrica Oliveros coordinado por Hernán Camoletto.

"Siempre escribo con biromes. Yo sé descifrar las formas pero tienen miedo. Me concentro en alguna forma y me viene a la mente un hermano, una tronera, una placa base, un arca, un cáliz, un ornamento de oro. Al concentrar la mente, al hacer fuerza mental, comienzo a ver y escribo. Cuando escribo, no siento nada. Me concentro. Me quedo pensando en aquel libro. Cuando se me acaban las lapiceras, las tiro en el árbol para que protejan a los animales que comen de ahí."


***

"Cuando cierro la vista, aparece el santuario. Los perros no entran. Bajan las luces y se abren las puertas.
Adentro, las formas. Se mueven solas. Están conectadas y me conectan.
Pienso en el sol y aparece. La ventana es de oro rojo, azul, negro.
Parece el pabellón pero no estoy allí.
La voz sale de atrás y de arriba. Parece una voz pero no se siente. Aparece en mi cabeza y se queda ahí. Casulla.
Las formas se mueven..."