Recomendaciones: Arte de Etiopía


Es una muestra inusual. Se titula "Tierra de Ángeles" y se lleva a cabo en el Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI) de Montevideo. Vale la pena "hacerse una escapada" hasta la Ciudad Vieja (calle 25 de Mayo entre Colón y Pérez Castellano) para acceder a una introducción al arte de "la segunda civilización más antigua de Áfica y la única que desarrolló un arte propio a partir de su conversión al cristianismo en el siglo III", según se puede leer en el catálogo de la muestra, que permanece hasta marzo del 2013.

Las piezas exhibidas pertenecen a la Colección Kiernan y por sus cualidades de excelencia, su notable manualidad y el carácter popular y anónimo que las invisten, ameritan una ferviente recomendación en este blog.


"...no es esta breve nota el lugar propicio para abundar en la historia de Etiopía, ni explicar cómo es que logró preservarse la lengua ritual ge´ez, anterior al latín, o como funciona el calendario local. Concentrémonos, pues, en las obras de arte que se exhiben. En primer lugar llama la atención la rica tradición metalúrgica en objetos rituales: cruces, cayados, cetros y amuletos personales e instumentos (sistras) musicales realizados en la técnica del modelado a la cera perdida. Los variados tipos de cruces, con parentescos o similitudes en piezas coptas y griego ortodoxas, enseñan una sorprendente riqueza en las filigranas y enlazamientos abstractos, cuyo sentido del ritmo y la tensión ascendente de las formas corre pareja con el refinamiento técnico de su concepción. De otra parte, la pintura etíope destaca por su carácter anónimo y su fuerte acento popular. Ya se trate de temas mundanos o de función monacal, es una pintura sobre tela (sin marco) que despliega su historia como un mural o como una historieta, pero sin el imperativo cronológico. La histórica batalla de Adwa (en la cual las tropas etíopes derrotaron al ejército invasor italiano), transformada en un género recurrente, muestra escenas épicas que transcurren en simultáneo: los personajes pueden repetirse, por ejemplo, según pierden de la lucha o huyen tras la derrota. Igual sucede con los motivos de los ciclos rurales. Siembra y cosecha comparecen libres de un orden perspectivo y temporal y nos recuerdan en su espontaneidad (viveza de rostros y disposición apretada de figuras) a las coloridas pinturas en amate al sur de México, cuando estas últimas tratan temas campesinos , todo lo cual alienta a pensar en una universalidad de las expresiones plásticas auténticas..."

"Siguiendo al León de Judá", Pablo Thiago Rocca, Semanario Brecha, 25/01/2013.