Todos los años el taller de plástica del Centro Educativo de la Colonia
Etchepare dirigido por Isabel Cavadini expone los trabajos anuales. Tratamos de
seguir la evolución artística de los creadores-pacientes, de acompañarlos en
sus esfuerzos y en sus cambios de formas de ver. A muchos de estos artistas los
conocemos desde hace años, otros se incorporan recientemente a la dinámica del
taller. Representan una mínima proporción de los internados en la Colonia
Etchepare, sin embargo su aprendizaje en las artes plásticas resulta de un
soporte fundamental para su espíritu, y a veces, una ayuda económica para sus
ingresos.
Este año sorprendió el despegue creativo de Alejandro Yanes
(Canelones, 1972), alimentado por una cuantiosa producción. El joven compone
sus cuadros citadinos y campestres con un dibujo estrictamente ordenado que
luego colorea con una impronta naïf no exenta de gracia y detalles
imaginativos.
Un hecho muy destacable es el retorno de Aldo Olase (Colonia
Suiza, 1940) a la pintura. Olase comenzó a pintar en su estilo ingenuo antes de
la internación, como lo prueba la exposición del Subte de 1976 en la que fueron
seleccionadas algunas de sus obras. Pero durante décadas se mantuvo alejado de
los pinceles.
Hizo algunas esporádicas incursiones y ahora volvió por sus
fueros al taller de Cavadini, sin haber mudado su fresca imaginación y sin
perder la intensidad cromática que lo caracteriza.
Oscar Caballero (Minas, 1936) uno de los artistas de la Colonia mejor dotados para el
dibujo, en el 2014 probó suerte con pinturas al agua, a pesar de que él sigue
prefiriendo el óleo, cuya untuosidad y plasticidad siempre le fascinó. El resultado
de estas investigaciones es desparejo pero con grandes aciertos en los fondos y
en la piel acuosa de los figuras que ganaron matices. En algunas obras se
obliga a remarcar con un grueso contorno las figuras, probablemente por una
necesidad de continentación que no le otorgan los acrílicos y las tintas, más
delicuescentes que el aceite.
Otro creador que ha mudado sus procedimientos es Ángel Silva
(Canelones, 1959). En los últimos dibujos, más abstractos que anteriores (ver Otro Arte en Uruguay, pág. 174-175) encadena formas geométricas librándose
lentamente de la rigidez y la cuadrícula de obras precedentes, incurriendo
ahora en bordes irregulares, escalonamientos y fugas en el espacio blanco de la
hoja.
Conocimos esta año por vez primera el trabajo de Celia
Delgado, con formación en la Escuela de Bellas Artes, quien mixtura temas y
fuentes pictóricas diversas (lunas de Cúneo, afiches Art Noveau, fragmentos de
piezas de pintores renacentistas) tensando el espacio pictórico en creaciones
complejas donde lo dionisíaco y lo apolíneo pugnan por una supremacía en la
paleta, que ora vira hacia los tonos fríos, ora se torna cálida y erótica.
Luis Fonseca ha dado también un leve giro en su paleta,
aventurándose a paisajes de rara ensoñación y geografías irregulares, pero en
donde el uso del pincel, bien cargado, encuentra un camino de luz, con una manera muy próxima a las
creaciones de otra artista-paciente que lamentablemente ha dejado de pintar,
Cristina Pintos.
Alberto Méndez, Rosa Cazhur, Alicia Ferrari, cuyas obras se
hallan en exhibición, mantienen el acostumbrado buen nivel de color, temática y
composición de años anteriores.
Imágenes en orden superior a inferior: Obras de Alejandro Yanes, Aldo Olase, Daniel Barbosa, Celia Delgado y Luis Fonseca.
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