Esta muestra recorre una selección de dibujos realizados por niños y niñas de escuelas públicas uruguayas entre estos años dentro del programa Enseñanza por el Arte que crearon la maestras Bell Clavelli y Mercedes Antelo en el 78 aniversario del comienzo de sus carreras (1936). Se incluye una entrevista a las docentes realizada por el Prof. Salomón Azar del Taller Barradas. La exposición se compone de otros dibujos que los exhibidos en el pasado (agosto de 2006) además de los calendarios originales de los años 40 y 50.
Del miércoles 12 de febereo hasta el sábado 12 de abril de
2014 en Centro Cultural de España (CCE) Rincón 629, Ciudad Vieja, Montevideo.
Esta exposición iniciará posteriormente una gira por el interior del Uruguay. Inauguración: 12 de febrero a las 19 hs.
Agradecemos el trabajo de investigación y difusión de
Enrique Mrak, Director de Acción Cultural del CCE.
La eterna niñez del dibujo*
Habitualmente se considera que los sistemas de
representación visual y plástica de los que se vale un artista adulto forman
parte de ciertas demandas simbólicas de la sociedad -o de un grupo social en concreto- en un contexto histórico
determinado. La producción artística se inscribe en una matriz discursiva en
donde los distintos sentidos de su práctica (éticos, políticos, estéticos, ideológicos,
entre otros) encuentran cabida y razón de ser. El artista adulto está
“comprometido” con su creación, en el sentido de que su hacer está gobernado
por el acto volitivo y no por un impulso inmediato y puramente espontáneo. Por
otra parte, la expresión de los niños, de los locos y de los mal llamados
“primitivos”, suele considerarse fuera de este marco de análisis. En ellos, el
hacer artístico se imagina ligado a procesos creativos impulsivos y
fundamentalmente emocionales, y cuyos resultados serían “ingenuos” en el modo
que abordan los problemas de la representación y sus implicancias ideológicas.1
Manifestaciones de “infantilismo” en la
persona adulta -fuera del campo del arte y sus lenguajes disruptivos-, son
vistas, por esa misma razón, como una huída o una regresión hacia un mundo
“interior” respecto a las responsabilidades del mundo “exterior”: resistencia
del sujeto a asumir sus privilegios y sus obligaciones como adulto.2
Dicho todo esto, se plantea la cuestión de si
la actividad creativa infantil amerita una “lectura” histórica. ¿Constituye
este espectacular conjunto de dibujos 3
fruto del “despertar” creativo de los niños guiados por un método de enseñanza
novedoso? ¿En qué medida el contexto en el que surgen (Montevideo entre los
años 1945-1955) se infiltra positivamente en una forma de “pensarse” como
individuos frente a la creación y, por ende, habilita un abordaje
“historicista” de su práctica?
Maestras pioneras
“María Mercedes Antelo y Bell Clavelli
descubrieron que la ‘expresión plástica’ era un modo distinto, innovador y casi
revolucionario de hacer que los niños y niñas supieran que otro mundo era
posible. La intelectualidad de la época las va a ‘adoptar’ como pioneras de una
nueva forma de enseñar que marcó a fuego a varias generaciones de escolares
montevideanos. La experiencia traspasó las fronteras llegando a Argentina y
Chile, en una primera instancia, y luego como comienzo de los programas de la
UNESCO a nivel internacional.” 4
La experiencia de las maestras Antelo y
Clavelli (a la que se sumarán también otros docentes como María Celia “Quela”
Rovira)5 brinda una ocasión singular
para pensar la creación infantil desde una perspectiva diferente. Su proyecto
conoció el interés y el apoyo de personalidades de la cultura, entre los que se
destacan el crítico de arte argentino Jorge Romero Brest, el pintor José Cúneo
y los poetas Emilio Oribe y Juana de Ibarbourou. Su programa generó
expectativas y resultados concretos: entre sus alumnos se encuentran algunos
que en el futuro sería reconocidos artistas y arquitectos como José Gamarra,
Jorge Carrozino y Mario Spallanzani. Este último, arquitecto, asegura que “a
todos nos aportó una valoración de lo estético en la vida y una postura ante la
misma imposible de olvidar”. Importa este testimonio por lo que aporta de
sustantivo: no se trataba solamente de un poryecto de clase sino que exigía una
valoración estética mayor. Esta valoración debió marchar en paralelo con un
modelo de exigencia en el compromiso del niño. Al observar estos dibujos llama
la atención la meticulosidad con que fueron realizados: una aplicación
ensimismada los recorre parejamente, un empeño que parece querer agotar la
superficie de la hoja. Es evidente que nacen de “salidas” con los niños, es
decir, que se inician con un trabajo de observación del “natural” y “al aire
libre”. Pero la creación no se limita a una operación meramente descriptiva,
incluso cuando, aún hoy, se puede reconocer la arquitectura o la topografía de
ciertos barrios y sitios emblemáticos de la ciudad. Las soluciones formales que
encuentran para integrar los aspectos y facetas imaginarias a un entorno “real”
resultan tan acusadas como diverso es su sentido del espacio (siempre
sorprendente en niños de esta edad).
Facilidades y precauciones
A los 9 y 10 años, los niños conocen el punto
de mayor libertad en su fuerza creadora: no poseen grandes obstáculos motrices
o técnicos que les impidan desarrollar con detalle sus preocupaciones
plásticas, y su inventiva no ha sido domeñada aún por las mala praxis educativa
conque solían instigarlos en la enseñanza secundaria: el dibujo técnico, la
copia de modelos de yeso, los abrumadores ejercicios de proyecciones y
perspectivas. La facilidad con que los niños de esta edad y aún mas pequeños
(cuando están concentrados y alegres en su tarea) obtienen resultados
satisfactorios en sus dibujos, ha llevado a la idea de que no ameritan ser
corregidos o guiados en su empeño. No ha sido, seguramente, el caso de esta
selección. La preocupación por el seguimiento de los trabajos está marcada por
un igual cuidado en la elección de los soportes y el empleo de útiles gráficos
y pictóricos de primera calidad. Gracias a esta previsión los dibujos y
pinturas se puedan apreciar al día de hoy con la misma frescura de hace 50
años. El contraste entre el tiempo histórico transcurrido –la vestimenta, los
transportes, las viejas edificaciones que ya no están- y la lozanía de la
composición, la alegría descomunal del color opulentamente utilizado, agrega un
valor de disfrute a su contemplación. Después de esta exposición cada cual
sabrá qué lugar ocupa en un eterno dilema. El mundo se divide en dos, lo que
disfrutan de los dibujos infantiles y los que no.
*Pablo Thiago Rocca.Nota publicada en Brecha el 22 de setiembre de 2006.
1) El tema fue tratado en la época por educadores
como Jacques Depoully. Enfants et primitifs, Delachaux & Niestlé. 1954.
2) Juan Eduardo Cirlot desarrolla una hipótesis
sobre la influencia del “infantilismo” en el Surrealismo y otras vanguardias
del siglo XX. Jung dio cuenta de cierats analogías entre el pensamiento mítico
y el infantil: “Sin embargo, detrás de la firmación según la cual el mito
habría surgido de la vida psíquica ‘infantil’ del pueblo, tenmos que poner un gran signo de interrogación.
Porque el mito es , por el contario, el producto más adulto que ha dado la humanidad
primitiva.” Citado por
Depoully.
3) “Dibujos de niños uruguayos 1945-1955”, Centro Cultural España. Rincón 629.
4) Fragmento del texto de Enrique Mrak, curador
de la muestra.
5) Sonia Bandrymer y Raquel Pontet “Aportes
desde la microhistoria: El grupo del Centro de Estudios de Ciencias Naturales y
las Maestras Pintoras”,
en el catálogo de Imaginarios Prehispánicos en el Arte Uruguayo: 1870-1970, exposición en el MAPI, Montevideo, 2006.
No hay comentarios:
Publicar un comentario