Trabajó muchos años en carpintería de obra en la Intendencia y también en firmas privadas, pero luego Ramón Lumaca (Canelones, 4 de agosto de 1948- 21 de mayo de 2020) se largó por su cuenta, con ayuda del banco de carpintero que montó en su propia casa. No le agradaba salir de Canelones y de a poco se fue transformando en un referente de su oficio en la zona. No obstante, su labor artística autodidacta no se manifestaba tanto en el trabajo en madera sino en pintura, escultura en cemento y ensamblaje con chatarra. En pintura llevó a cabo una intensa serie de autorretratos de diferentes épocas y circunstancias anímicas, pero en los que su efigie se encuentra invariablemente sumergida en una neblina espesa, rodeada por una aureola de tonos agrisados y verdes. También pintó paisajes tomados del natural y de fotografías que él mismo tomaba. Otros temas y personajes que son recurrentes en su obra escultórica: el Viejo Pancho (José Alonso y Trelles) y Carlos Gardel. La pasión por el artilugio casero y una sensibilidad ambientalista campean en sus ingenios movidos por energía eólica, como varios molinos artesanales y la ocurrente pieza de un ciclista -construida con envases plásticos y metales de desecho- que denuncia la basura especial. Sus bustos de cemento, huecos y con detalles de terminación sutiles destacan por el hábil trabajo de modelado: Artigas, su autorretrato, un conocido de los pagos de Margá vestido de gaucho, Gardel con y sin chambergo, entre otros, conforman expresiones de sincera indagación plástica, que se valieron de sus propios hallazgos técnicos y de un innato sentido para la creación manual.
Pablo Thiago Rocca
Autorretratos exhibidos en la muestra Arte Naïf en Uruguay, Fundación Unión, MVD, 2015.
En memoria de Lumaca, transcribo los apuntes que tomé de una entrevista realizada en su casa del barrio San José de Canelones, cerca de la ruta 5, el día que lo conocí, el 21 de enero de 2009. Lo visité luego en dos oportunidades más, en el 2014 y 2015 y en ambas ocasiones tomé nuevas fotos ya que su producción artística había crecido enormemente.
La noticia de su muerte me tomó por sorpresa y me apenó mucho. Por lo que me comentó un amigo en común, seguía siendo un hombre muy solitario, lo que sin duda influyó en el desenlace de su vida, al no ser atendido a tiempo de un problema renal. Pese a ser un solitario, era muy querido por sus amigos, vecinos y clientes.
Ramón deja una obra que interesa por su raigambre local y por la tendencia a una narrativa interior que se articula a los lenguajes tradicionales y les da un toque personal: como ese busto de Gardel al que se le podía poner y sacar el sombrero (que expusimos en la muestra Arte Naïf en Uruguay), o el ciclista movido solo por el viento, o el Artigas en el Paraguay que lo moldeó para sentarlo en un wáter... visión popular y escatológica del héroe denigrado.
Recuerdo que la última vez que lo vi me mostró al "Artigas cagando" y me dijo socarronamente: “Bueno, los próceres son humanos… ellos también tienen sus necesidades.” ¡Qué grande Lumaca! A veces solo el humor nos salva de los grandes discursos en que los poderosos nos sumergen. El humor es un escudo libertario frente a esa historia oficial que abruma porque se siente demasiado inflada para ser cierta. Al menos eso me pareció mientras nos reíamos observando la escultura en tan pudorosa situación.
Apuntes sueltos después de la entrevista del 2009: Ramón Lumaca posee un carácter reservado. Si tuviera que definirlo en pocas palabras diría que lleva el arquetipo del “ingenioso mecanicista”. La creación se contrapone, aunque tímidamente, a formas rutinarias y alienadas de esparcimiento (como el fútbol, del que "pasa"). En la pintura es naif con motivos bucólicos y una serie muy interesante de autorretratos.
¿Cómo se gana la vida?
Siempre trabajó en la carpintería. Tiempo atrás en la Intendencia de Canelones (carpintería de obra), también en Zunino, empresa de carpintería de obra en Canelones. Actualmente trabaja por su cuenta. Tiene un banco de carpintería y todo el equipo en un galpón detrás de su casa. Todo el tiempo vivió en Canelones y trabajó en la zona. No tiene familia y vive solo.
¿A qué edad empezó a trabajar en su arte?
Hará unos seis años aproximadamente comenzó a pintar (2002). Y 3 o 4 años después, los bustos de arena y portland.
¿Alguién le enseñó?
No, es autodidacta. Lo hace “de corazón”. Refiriéndose a los bustos dice, “todo el mundo me pregunta dónde están los moldes pero yo trabajo sin moldes. Hago una bocha y le agrego oreja, cara y lo voy llevando”.
¿Qué materiales usa?
Para pintura sólo trabaja al óleo. Para los bustos arena y pórtland. Chatarra y plástico para la bicicleta y el molino.
¿Cómo es el proceso de la creación?
La pintura la hace mirando fotos. Él mismo toma fotos de lugares que luego pinta. Pinta sobre todo de noche, cuando tiene tiempo. Para los bustos hace un armazón de madera. Me muestra del lado de abajo los bustos. En efecto tienen un armazón muy simple pero compacta. La proporción es de dos de portland por tres de arena: quedan bien duros y pesan como piedra, pese a ser huecos. (Si trabajara 3 horas por día le llevaría, con retoques y todo, como un mes para hacer el busto.) Los sombreros se sacan y ponen como una verdadera prenda. Las cabezas están peinadas debajo del sombrero. Hace poco compró una amoladora y ahora lija, pule y retoca con esta máquina. Por un encargo que está a medio hacer (busto de Jorge Negrete pero que no le dieron fotos para guiarse) se nota que primero los moldea a mano y con cucharín. Los últimos que hizo son un autorretrato y el "Viejo Pancho" (dos motivos recurrentes en su pintura): son más sutiles y acabados que el primer grupo compuesto por Gardel, un conocido “de los pagos de Margá” vestido de gaucho y el Artigas al que le dio un poco de pintura dorada, y que es plásticamente el más rústico. Dice que no quiere pintarlos porque ni el bronce ni la piedra se pintan. En la pintura ejecutó varios interesantes autorretratos que parecen bustos flotando en una niebla marina, como en un sargazo. Los hizo en el correr de uno o dos años.
Es mirada autorreferencial es digna de mencionar y no tan extraña si se piensa en un hombre que vive solo (el autorretrato como afirmación de la personalidad). Entre otras temas ha pintado paisajes, un árbol, el Viejo Pancho en un tondo (él hizo el marco curvo con pino porque la foto de referencia estaba metida en un óvalo) con unas gafas de plástico, en relieve, empotradas en la nariz pintada…Hizo reproducciones de los retratos luminosos que Claude Monet hizo de su mujer Camila, unos girasoles de Van Gogh y quizás la pintura más linda: sobre unas venecianas exteriores pintó un muelle con botes y juncos con una perspectiva ingenua y colores saturados. La escultura móvil con el personaje en bici, que en un tiempo estaba compuesto básicamente por envases plásticos y ahora tiene muchos materiales más, dice que le había titulado “Airearte” y quería ponerle un cartel que dijera (o le puso y ya no está) “Cuidemos el aire. No a la chatarra espacial”. El viento mueve una hélice en donde escribió con una tipografía muy pulcra y rara -para que entraran en la forma de las aspas-la palabra Plástico, y esta hélice a su vez hace mover los pies del ciclista. El molinete es como los viejos molinos de campo pero que saca el agua de un tanque de doscientos litros y la vierte a través de una canilla de latón, de las que tenían antiguamente los tanques de queroseno.
¿Para qué o por qué lo hace? (Si su arte tiene una finalidad específica o lo hizo para alguien en especial)
“Es un gusto personal. No hago para vender. No le encuentro explicación. Yo no voy al fútbol. Ni por un camión lleno de oro voy al Estadio en Montevideo”
¿Qué referencias visuales ha tenido, en qué o en quién se ha inspirado?
Algunas fotos. Nada más.
¿Vendió alguna vez? ¿Le interesa vender?
Vendió dos o tres cuadros en la exposición que hizo el año pasado en la EMAO (Escuela Municipal de Artes y Oficios) de Canelones.
Las esculturas que están en su casa.
¿Quiénes han visto sus obras?
Vecinos, principalmente. Hizo la expo en la EMAO y hace tiempo otra en Santa Lucía, en la Sociedad Italiana. Siempre de pintura.
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1 comentario:
Muy bueno! era un ser fuera de contexto, la soledad aveces nos hace convivir con la muerte del ser y deja fluir el espiritu.Su arte eleva el espiritu muy agradecida por mostrarlo y contar su historia,gracias,Pablo abrazo a la distancia que ya son muchos kilometros,Carmen Garcia Pernas
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