Las artes poéticas de Selva Casal


 “Cuando escribo no sé lo que escribo; me entero después que lo leo. Cuando pinto no sé qué voy a pintar, y cuando lo veo me doy cuenta, que era eso lo que quería pintar. Mejor dicho: el cuadro se hace solo. Me va guiando con sus sorpresas.”1  La poeta Selva Casal (Montevideo, 1927-2020) fue una pintora tardía y apasionada. Pero tal vez siempre haya estado pintando incluso antes de tomar los pinceles, del mismo modo que escribió, según confiesa, antes de saber cómo se hacía.


Foto de Walter Diconca, Montevideo, ca 2010

Yo crucé el océano en el vientre de mi madre”2 cuenta en una entrevista Selva Casal sin apartarse un ápice de la verdad ni de su registro lírico misterioso. En efecto, su madre, María Concepción Muñoz y su padre, el poeta, narrador y ensayista Julio J. Casal, habían perdido a una hija de seis años, Josefina, en España. “Desde antes que yo naciese, mi padre y yo estábamos confabulados. Me concibió desde una muerte oscura, terrible. Tú naciste porque yo quise que nacieras, me dijo él un día. Era cierto. Mi madre siempre en la nostalgia de una hija perdida.” 3 

Deciden volver a Uruguay, donde el padre retomaría la mítica revista Alfar fundada en la Coruña y que continuaría en Montevideo, ciudad en la que Selva nace a los pocos meses del arribo. Crece en un ambiente de estrechez económica, pero cargado de poesía y en contacto frecuente, diario, con artistas. No por casualidad sus hermanos, Julio, Rafael y su hermana María Inés también se dedicaron a las letras: “Allí sucedía lo insólito, lo que se escapa de la realidad y estábamos todos sumergidos en un clima como de ensueño. Mi padre tenía la educación y el don de la poesía. Mi madre el don de la fe”, confiesa en otra entrevista.4  

Pero su educación formal discurriría por otras vías. Selva estudió Derecho y se recibió de abogada en lo penal. Fue catedrática de Práctica Forense en la Facultad de Derecho de la Universidad de la República del Uruguay y docente de Derecho y Sociología en los Institutos Normales, hasta ser destituida por la dictadura cívico-militar. La causa de tal destitución fue la publicación del poemario No vivimos en vano, de 1975: “Hoy se me caen los ojos fusilados / con tres gendarmes enfrente de mi puerta / adentro de mi patria / el amor es un golpe / la juventud una llaga…” 

A través de su profesión, su conocimiento del mundo de la delincuencia y de la tragedia social se le impregnó para nutrir de lleno su poesía, lo que le otorgó una impronta humanista. Selva había empezado a colaborar en Alfar y desde su primer libro Arpa en 1959, Premiado por el Ministerio de Instrucción Pública, hasta el último, Abro la puerta de un jardín de plata (2016) no deja de escribir, publicar y recibir distinciones. En vida publicó 15 poemarios, sin contar las antologías. Su acercamiento a la pintura, en cambio, es bastante tardío, pasando los 50 años. 

La experiencia nos dice que la causa de que una persona mayor se interne en el mundo de la pintura siempre está subordinada a un acontecimiento emocional profundo. Habitualmente una pérdida. Pero, para ser justos con su condición de abogada, no estamos habilitados a conjeturar tal cosa.  Parece ser que al influjo de su segundo matrimonio, con el escultor torresgarciano Víctor Bacchetta, y de las charlas filosóficas con él y amigos como Héctor Garbarino y Mercedes Freire surgió esta necesidad de tomar los pinceles. Lo cierto es que una vez que comenzó, en la década del 80, no los abandonó. Tampoco con el regreso de la democracia ,cuando la restituyeron a sus cargos, ni luego de jubilada. Tanto que, aquejada de la enfermedad de Parkinson que le impedía hablar y desplazarse, sus brazos y sus manos, no obstante, se mantuvieron libres y en acción permanente.

Soledad y tradición. “Cuando se siente que ya nada es posible y nuestros pasos se hunden con una dureza tal, cuando el tiempo es un asesino oculto en la sangre y muertos y vivos se confunden en una misma soledad, en donde la locura tiene un íntimo equilibrio y nos lanza hacia las horas con sus manteles claros, a veces dulces, acaso desde una brizna, el poema comienza.” 5 Selva Casal está sola y no está sola. Está sola en un sentido pragmático y ontológico, ya que todas las personas lo están cuando pintan o escriben –la poesía de Selva es una soledad poblada de muertos tutelares–. Y no está sola porque participa de una de tradición que ha venido creciendo en las prácticas artísticas desde el siglo XIX. Nos referimos al hacer de hombres y  mujeres que incursionaron e incursionan, de manera bifronte, en los campos de la escritura poética y de la plástica. Para el caso de las mujeres, no se puede dejar de pensar en los nombres de Delmira Agustini, María Eugenia Vaz Ferreira, Amalia Polleri, Amanda Berenguer, Gladys Afamado, Rosa Cazhur, Virginia Patrone, Teresa Puppo, Magela Ferrero, Elián Stolarsky… y es seguro que esta lista adolece de olvidos. En algunas de estas creadoras –sobre todo Rosa Cazhur y  Selva Casal– la urgencia de sus imperativos expresivos las empujó, en materia de pintura, a las formas del arte ingenuo y lo que Jean Dubuffet llamó art brut, refiriéndose a las manifestaciones que no dan cabida a los convencionalismos y a las novedades culturales, y que parten de un sustrato irracional, por así decirlo, de una fuerte pulsión interior que parece dominar el acto creativo. No es el caso de Amalia Polleri, Gladys Afamado, Virginia Patrone o Elián Stolarsky que destacan primero como pintoras y grabadoras: tuvieron una sólida formación que apuntaló sus conocimientos y las convirtió en virtuosas en el campo de la plástica. Tampoco es el caso de Delmira Agustini y María Eugenia Vaz Ferreira, que abandonan o al menos menguan, su actividad pictórica a favor de las letras. En Selva, la pintura es un arte otro que nada tiene que ver con la necesidad de exponer en museos, ni de hacer carrera como pintora. Es entrar en contacto con ese estado de gracia o una manera de tentar al secreto: “El secreto me ha preocupado siempre mucho. Me parece fundamental vivir desde el secreto […]  vivimos como lanzados de muchos secretos, secretos del amor, secretos de la amistad, secretos, cada día.” 6

El violín de Ingres. “Yo no busqué en la poesía la belleza, yo no busqué nada. Suelen sin embargo, producirse extrañas mutaciones, formas secretas de la alquimia y aquel dolor o aquella imagen atroz que nos perseguía, puede convertirse en ángel guardián.”7 En el idioma francés existe la expresión “violín de Ingres” para designar a una vocación lateral en la vida de un gran artista. “Esta expresión se utiliza cuando se hace referencia a la gran afición que, más allá de su actividad reconocida, sienten o practican los sabios de una u otra faceta”, dice Carlos A. Farraces Ortega. La locución surge, claro, en referencia a la vocación secundaria del pintor Jean-Auguste-Dominique Ingres y hay una famosa obra de Man Ray que reflexiona desde la ironía visual sobre esta expresión. Pues bien, la pintura no es en el caso de Selva su violín de Ingres. Dada la intensidad que presentan sus telas uno se vería tentado a decir que su obra plástica funciona como correlato de su obra poética. No, no corre en paralelo a su poesía, sino que ambas forman parte del mismo hálito. Es otro canal por donde circula la poiesis. U otra antena. Sin títulos, con pocas etapas discernibles –un comienzo con retratos y marinas, una serie de “rostros lunares” que muestran los sentidos clausurados o fuertemente señalados– su pintura se ofrece como una continua indagación formal y cromática asistemática y con pocas influencias a la vista: alguna reminiscencia cuneana, y en ocasiones una construcción áurea. Al igual que en su poesía, su pintura es de una gran potencia discursiva, carácter espontaneísta, torrencial, sin que ello medre la estructura compositiva. Pintura y poesía operan como máximas cargadas de emociones, tensionadas por fantasmas que se presienten o se insinúan. 

Selváticos. Conocíamos a Selva desde hacía mucho tiempo pero vimos sus pinturas por primera vez en mayo de 2014, en un homenaje que se le tributó sin que ella pudiera estar presente a causa de su enfermedad, en Vissi d’Arte, Montevideo. Allí, además de la exposición, se realizaron lecturas y performances por parte de jóvenes amigos y amigas de Selva. Eran los incondicionales “Selváticos” –así se hacían llamar–, entre los que siempre estaban Marcos Ibarra, Alicia Preza, Lucía Delbene, María Laura Pintos, Marisa Canut, Laura Alonso.... Ellos, junto a Roberto Genta –pronto fallecería–, Ricardo Pallares, Silvia Guerra y poetas que se fueron sumando –Claudia Magliano, Romina Serrano– propiciaron nuevos homenajes.  En algunos, se exhibieron sus pinturas, como en el realizado en la Fundación Nancy Bacelo en el 2015 y en el último en vida de la Biblioteca Nacional en el año 2019, cuando se exhibió una de sus obras. En octubre del 2022 en la Casa de la Cultura de San José de Mayo, en el marco de la IV Bienal Internacional de Poesía coordinada por Silvia Guerra y Regina Ramos, y este año en una sala del programa radial En Perspectiva se realizaron sendas exposiciones que comenzaron a develar una visión más comprensiva de esta faceta. Son sus hijos Pablo, Rosalía y Virginia8 quienes promueven de manera integral su legado. Varias obras pictóricas sirven de tapa para sus poemarios: El grito (Artefato, 2005), la antología Ningún día es jueves (Ediciones de Hermes Criollo, 2007), En este lugar maravilloso vive la tristeza (Estuario, 2011), Biografía de un arcángel, Estuario, 2012, con un cuadro dedicado a su hijo Mauricio que fallecía el año anterior), Y lo peor es que sobrevivimos (Amargord, España, 2013) Días sobre la tierra (Melón, Buenos Aires, 2013). También en los libros póstumos, reediciones o antologías, vienen precedidos en tapa por sus cuadros: Arpa, (Editorial Lisboa, Buenos Aires, 2020), Poemas de las cuatro de la tarde, (Editorial Lisboa, Buenos Aires, 2021) Yo estuve en ese lugar que no conozco (Linardi y Risso, 2021). Alfredo Fressia aseveró alguna vez que Selva escribía como respiraba: otro tanto se podría afirmar de su pintura. Es hora de que se conozca este decir, que no es un decir, sino otra forma de entrar en el misterio.

Pablo Thiago Rocca

Notas

1. Reportaje a Selva Casal tomado del documental Entre dos orillas realizado en 2011 por la video artista Bárbara Meyer y la escritora Concha García, y reproducido en la antología poética de Selva Casal, Yo estuve en ese lugar que no conozco, Linardi y Risso, Montevideo, 2021.  

2. Op cit.

3. Selva Casal. Mi padre, Julio J. Casal, Biblioteca Alfar, Montevideo, 1987.

4. Silvia Guerra. “Una conversación con Selva Casal: Como una araña trágica y bellísima“ MEC. Archivado desde el original el 17 de marzo de 2018. Disponible en https://web.archive.org/web/20180317232537/http://www.mec.gub.uy/academiadeletras/Investigadores/S.Guerra.htm

5.“Cómo comienza un poema” en Ningún día es jueves, Ediciones Hermes Criollo, Montevideo, 2007.

6.Silvia Guerra, op cit.

7.“Pórtico” en Ningún día es jueves, 2007.

8. A ellos el autor quiere agradecer sus valiosos aportes y el tiempo brindado.






Correspondencia y estado de gracia


Algún día se recogerán las dedicatorias que Selva Casal estampaba en sus libros para regalar a los amigos o se compilará su epistolario, deliciosamente escrito a mano. Ambas prácticas fueron una prolongación natural de su “estado poético”: imposible encontrar una palabra que no tenga el rigor o que carezca de la gracia que preside sus poemarios. Escogimos algunos fragmentos a modo de ejemplo.

"Cómo es Alicia? Alicia es verde y sonríe cuando me escucha hablar, pero sucede que yo casi no tengo voz y poco puedo decir aparte de que ese paisaje me está matando... Cómo es Alicia? Tiene un rostro desdibujado todo surcado de mares y a momentos parece que va a volar pero es cierto, vuela y se va, tan lejos que ya no puedo pensarla, algo así tienen todos los seres que he amado." En respuesta al poema de Alicia Preza, "Selva" del 23/05/2006.

"Allí vivimos en silencio cosas que no hemos visto. ¿Acaso la vida no es sólo un pretexto para conocer seres que podríamos llegar a amar? Cada poeta tiene un sentido de lo auténtico y si es fiel a sí mismo nunca podrá descifrar las voces que lo nutren ya que este mundo no es nuestro y apenas se percibe. Toda tu poesía Nina, es amor, ese que nace de la sinceridad y la ternura."  A Nina Reis por su poemario Desbocadas bocas del silencio,  Montevideo, 9/10/2012.

"Pienso que esta poesía que surgió en ti ahora, estuvo siempre. La palabra la buscó durante toda la eternidad hasta hoy que la posees convertida en otra y extraña realidad. Un poeta verdadero se palpa, se respira, casi diría que se nos mete en las entrañas porque así sucede: la devoramos y después nunca vuelve a salir, no llega la hora de devolverla porque ahora es nuestra, después de ella somos otros, para siempre distintos." A Gerardo Ciancio, comentando sus libros Arquitrabe y Cieno, Solymar, 12/5/2011

"Hay un aire secreto, fantasmal en tus poemas, me aventuro a decir que estos poemas personalísimos escalan un cielo muy íntimo donde todas las bicicletas del mundo resucitan extrañamente.Querido Thiago, las bicicletas también pasan para poder ser recordadas, como los pájaros, como nosotros mismos, como todo.  En Solymar yo andaba en bicicleta atravesando bosques llevaba a Virginia, casi al amanecer a la escuela íbamos atravesando bosques y charcos cuajados de rocío y todos los cielos se rendían a nuestro paso."  A Thiago Rocca por su poemario La bicicleta etrusca, Montevideo, 23/12/2014

Versión ampliada del artículo de Pablo Thiago Rocca " Vivir desde el secreto. Pintura y literatura de Selva Casal" publicado en el semanario Brecha, 29 de abril de 2023. N° 1953, págs. 22-23, Montevideo Uruguay


LAS VIDAS DE ROSA CAZHUR hasta el 31 de marzo.


La exposición
Las vidas de Rosa Cazhur se puede visitar en la Fundación Mario Benedetti (Joaquín de Salterain 1293, esq. Guaná. Montevideo) de lunes a viernes de 10 a 13 y de 14 a 19.30 hs. Ha tenido una buena repercusión de crítica y público por lo que se extenderá hasta el último del mes de marzo.




En el día sábado 4 de marzo se difundió una entrevista sobre esta exposición en el Canal 5, en el programa que conducen Soledad Legaspi y Fernando Tetes. Compartimos algunas notas y entrevistas que se pueden descargar de internet:

* Serendipia programa radial conducido por Malena Rodríguez Gugliemole. Portal de Medios Públicos, Radio Cultura. Programa completo dedicado a Rosa. 22.12.2022 Con entrevistas a Pablo Thiago Rocca, Horacio Verzi, Alvaro Borrazás, y entrevista a Rosa, material de archivo.
https://mediospublicos.uy/acuarelas-de-rosa-cazhur-en-la-fundacion-mario-benedetti/


* La máquina de pensar, programa radial conducido por Pablo Silva Olazábal. Portal de Medios Públicos, Radio Cultura. Programa completo dedicado a la exposición de Rosa Cazhur en Fundación Benedetti. 28.01.2023
. https://mediospublicos.uy/exposicion-de-rosa-cazhur-en-fundacion-benedetti/?fbclid=IwAR3nz5qDS1YPaNreVk7mzSo9wk22gP_yH7kgc_5Z0OY33BhRgXvRm-Lc6XM

* "Entre el cielo y el infierno: el arte". Nota de Alejandra Walter para Semanario Voces sobre la exposición de Rosa en Fundación Benedetti. 15.02.2023
http://semanariovoces.com/entre-el-cielo-y-el-infierno-el-arte-por-alejandra-waltes/?fbclid=IwAR2sUB3HW5-A2zztODcI5pI_PIMV5fBDoolSHFFOw7f51b3KBMr6cM0YB9o


Este 2023 celebramos los 15 años del proyecto Arte Otro en Uruguay. 


Tallas de Alfredo "Lucho" Maurente y conferencia

 

La Intendencia de Rocha adquirió recientemente doce tallas en madera de Alfredo "Lucho" Maurente  (San Carlos 1910 - La Paloma 1975). El pasado día 10 de enero se presentaron en el Centro Cultural de La Paloma. 



(Foto cortesía Intendencia de Rocha)


El acto, organizado en el Centro Cultural de La Paloma por su directora Irene Soba, contó con la presencia del Intendente de Rocha Alejo Umpiérrez y el Director de Cultura Fabricio Núñez. Por otra parte, la artista plástica y docente de la UdelaR (CURE) Magali Pezzolano brindó una charla sobre la historia de La Paloma dando un contexto a la llegada de Maurente a la zona, a la vez que adelantó la noticia de la próxima restauración de las esculturas emblemáticas de Maurente situadas al aire libre (El Cristo de los Pescadores, las sirenas, la Virgen de La Paloma, el Timonel, etc). 



(Foto cortesía Intendencia de Rocha)

En ese marco, Pablo Thiago Rocca fue invitado a dar la charla "El arte naíf de Alfredo 'Lucho' Maurente: cultura, identidad y territorio." Es la primera actividad en la que se celebran los 15 primeros años del proyecto Arte Otro en Uruguay. 

Magali Pezzolano (Foto cortesía Intendencia de Rocha)

Pablo Thiago Rocca (Foto cortesía Intendencia de Rocha)


"Resulta hoy difícil imaginar el balneario La Paloma sin la figura de Alfredo “Lucho” Maurente (San Carlos, 1910 – La Paloma, 1975). Fue obrero de la construcción y vendedor ambulante hasta que conoció la costa rochense y se hizo pescador. Autodidacta, comenzó tallando figuras en piedra para pasar a los duros tocones de madera que traía la sudestada. Incursionó en la pintura con bailongos, paisajes, retratos y fantasías religiosas. Decoró su rancho con incrustaciones de caracoles marinos y esculturas de sirenas y fauna marina en arena y Pórtland, materiales con los que concibió el Cristo de los pescadores. Su vida sirvió de inspiración a novelistas –Silvina Bullrich, Haroldo Conti, Juan Carlos Legido¬ todos ellos habitué de su rancho convertido en restorán: “El copetín con mariscos”. Su producción pictórica destaca por el alegre colorido y la fina observación del detalle. En las lustrosas tallas de madera dispone los volúmenes con un contundente vigor expresivo. En vida tuvo el dudoso galardón de considerársele el principal artista ingenuo del país. Su muerte, acaecida en el Año de la Orientalidad –al conocer la noticia de la destrucción del viejo muelle donde vivía–, sellaría toda una época del país: el fin de la edad de la inocencia." Pablo Thiago Rocca, Otro Arte en Uruguay, Linardi y Risso, Montevideo, 2009.


Compartimos algunas imágenes de la actividad y  testimonios históricos del propio artista entrevistado o de personas que lo conocieron, respecto a las tallas de madera y su peculiar proceso creativo.


«Desde chiquito me gustaba pintar. Iba en el tranvía y miraba las orejas de la gente. ¡Me daban un trabajo pintar orejas! Y como era lo que más me daba un trabajo, era lo que más miraba, sobre todo esa parte de adentro, esas arrugas que tiene que es lo que le da el volumen, lo que hace que parezca algo vivo. Pues eso era lo que me daba más trabajo. Y después de las orejas trabajé en piedra, en granito. Hacía caras. Pero de antes ya me gustaba pintar. Una vez en la escuela la maestra nos mostró un libro con el dibujo de un zapato para que lo copiáramos. Todos lo copiaron igualito, pero yo no. ¿Sabe lo que le puse que el dibujo no tenía? Estas tiritas de acá arriba: los cordones.» Entrevista de Ramón Mérica, “Lucho, El ingenuo y la mar”, El País, 7/05/1972.




«Llega un viejito y me dice: "Señor, qué linda piedra". Le pregunto: "¿Conoce de piedras?". "Sí, soy ingeniero, recibido en Francia, y vivo en Córdoba". Lo invité a pasar. Tenía piedras con las que había hecho monos, gorilas, cabezas... "No hago esto para venderlo, sino para entretenerme" le advertí, "y si algún día me hago una casa, quiero entre los cortes de piedra, entre trecho y trecho, poner estas cabezas. Quedarán lindas, ¿no? Hacer una hilada y poner las cabezas de los bichos, gorilas extravagantes ¿sabe?" Me contestó: "Se las compro todas". "Bueno, déjeme hacer números, y venga mañana." Le pedí dos mil y se lo llevó todo. De eso hace treinta y dos años.


– ¿Empezó con madera o con piedra? 


– Piedra, y quedaba ciego, porque no sabía templar las limas. Trabajaba en granito negro, y volaban los pedazos. Siempre tenía problemas con la nariz de las cabezas. Por eso, ahora dejo la nariz para el final. Si golpea fuerte al hacer la oreja, se le puede caer la nariz. Tuve que aprender así, porque no tuve escuela. Mis esculturas en madera las hago sobre pedazos de barcos hundidos, que salen de la mar. Por fuera parecen malos, pero por dentro están sanos. Curados por la sal, parecen hueso. Una vez hice un indio. Lo corté y por dentro era verde. "Qué lindo", pensé. Pero se puso negro, como quemado. Ahora compro quebracho también. Dijeron que traerían algarrobo, pero no le tengo fe a la madera de acá. Es medio blandonga, la cortan a destiempo.


– ¿Y el tema? ¿Cómo surgieron las sirenas, por ejemplo?


– Una vez tuve que hacer un alero saliente, y para sostenerlo pensé: "Es mejor un tema de la mar". Se me ocurrieron unas sirenas extravagantes. Tuve problemas. No había nadie qeu no viniera a criticarme los pechos. Las monjas fueron las peores. Tuve que imporvisar unos trapitos para tapar...»


Alfredo Maurente: "La verdad de Lucho", Reportaje de Hugo Gilmet y Gabriel Peluffo, Marcha, viernes 19 de mayo de 1972. Montevideo, Año XXXIII, n° 1593.




«No crea que yo no soy organizado. Yo me levanto en invierno a las siete de la mañana, me preparo el mate y a las ocho me pongo a pintar, en mi casa de San Carlos, porque en La Paloma paso desde noviembre a marzo, más o menos, después me voy de nuevo pa’ San Carlos, pa’ mi casa, y allí pinto. Cuando me aburro de pintar, me pongo a tallar. Yo empiezo a ir a La Paloma más o menos en noviembre, cuando aparece el bonito, lo pesco, lo ahumo en un horno con laurel, lo corto en pedacitos y lo guardo. Cuando viene la temporada aquello es una locura.»

Alfredo Maurente. Entrevista de Ramón Mérica, “Lucho, El ingenuo y la mar”, El País de los Domingos, 7/5/1972.




«Entre las mesas, como museo de un gusto ecléctico y ligeramente pesadillesco, tropezamos con una serie de tallas en madera. Un enano en ademán de lanzar la bocha. Un boxeador petiso con los guantes calzados. Una cabeza de Artigas anciano. Otra de Cristo con la corona de espinas. Un busto algo parecido a la Dama de Elche, con dos soberbios rodetes. Y otras cosas por el estilo.»  

Juan Carlos Legido de la novela Crónica de cuatro estaciones, Colección Carabela, Editorial Alfa, Montevideo, 1967.




«En largas horas de invierno –que eran las que dedicaba para su creación artística– con el Gordo Durán fuimos testigos silenciosos de su técnica para pulir los duros maderos obtenidos en la "crecemares" de los pamperos, como solía decir, o del corazón de desechados y viejos durmientes del ferrocarril. Eran maderas de ricas vetas rojas y oscuras, que él hacía "nacer" con una mezcla de ceniza y aceite que frotaba con un pequeño trapo y una gran dosis de paciencia.

Así cobraba vida el veteado y luego el viejo madero iba tomando formas con el trabajo de sus manos, formas como la de aquella India amamantando su niño, o el busto del Cacique, concentrado y ceñudo. O el Linyera, quizás una de sus tallas más perfecta, más trabajada, y que Lucho regaló a doña Pepa, señora del entonces Jefe de la Estación del Ferrocarril. Lograba en la madera un brillo opaco, si así puede decirse, a la par de una textura que trasuntaba la calidez vital que el tallador imprimía en sus obras. Su conversación y su trabajo acortaban las noches y atenuaban el frío. Tal vez en aquellos momentos dimos más importancia "al momento" que "a la obra" que venía surgiendo y que se prolongaría en el tiempo. Y en las noches cálidas del verano, tampoco supimos dar el valor real a su trabajo, pues pensábamos que eran cosas para la temporada y los turistas. Con los años, desaparecido Lucho y su obra, comprendimos el valor de todo aquello.»

José Francisco França Caravia, La Paloma. Una historia desde 1803. Edición de autor, Montevideo, 1986.




Se va el 2022: Tiempo de balances


El año 2022 empezó a lo grande con la exposición DIS / TENSIONES Arte otro vs otros artistas en Casa Colonial de Maldonado. Esta exposición reunió la producción de artistas autodidactas y de artistas uruguayos consagrados que se interpelaron mutuamente. Una confrontación que fue un juego y una pulseada de tensiones creativas entre dos colecciones: la "colección involuntaria"  de Arte Otro en Uruguay y obras pertenecientes de la prestigiosa Galería Sur de Punta del Este.*  


Casi enseguida, en febrero, celebramos el centenario del artista Cyp Cristiali (Lascano, 19 de febrero de 1922 – Montevideo, 4 de agosto de 1988) reproduciendo en este blog, de forma íntegra, el texto que escribimos para el catálogo de la exposición en Galería Misiones del año 2021.

En la ciudad de Mercedes (Soriano, Uruguay) realizamos un registro fotográfico -una puesta al día para ser más precisos- , de las construcciones arquitectónicas de Francisco Matosas (Badalona, España, 1886 - Mercedes, Uruguay, 1947). 

Luego, viajamos a Suecia y recogimos distintas expresiones de arte autodidacta que pronto analizaremos a través de esta vía (blog) 

Despedimos con un sentido recuerdo a Lucas de Azevedo (Montevideo, 30/06/1976 - 31/08/2022) que se fue pero nos dejó unas miniaturas hermosas y su música que nos acompañará por siempre. Lo evocamos con entrevistas y fotografías de Pablo Bielli. 





Ya sobre el mes de octubre saludamos el éxito del artista uruguayo Alexandro García (Montevideo, 1970), quien realizó una nueva exposición individual en la importante galería parisina Christian Berst, además de una serie de talleres y actividades (música, meditación) y por si fuera poco, publicó un libro en Montevideo: Arquitectura sagrada cósmica. Alexandro es uno de los artistas de la primera hora del proyecto Arte Otro en Uruguay y nos congratula que le esté yendo tan bien en una plaza tan exigente como la francesa, cuna del art brut.

Luego, presentamos en la 44° Feria Internacional del Libro de Montevideo, en la sala dorada de la Intendencia de Montevideo, el libro catálogo Javiel Raúl Cabrera. Entre el olvido y la leyenda, edición bilingüe (español-inglés) de la Galería Prato y del MEC que recoge la investigación sobre la vida y la obra de "Cabrerita" iniciada con este proyecto hace más de 13 años.




Finalmente, el año cierra con la exposición Las vidas de Rosa Cazhur en la Fundación Mario Benedetti de Montevideo. Esta muestra que se extiende hasta el 10 de marzo del 2023, reúne documentos, poemas, grabados de Rosa Cazhur (Durazno, 1947 - San José, 2020) y acuarelas que nunca se habían mostrado y que la propia artista donó al proyecto con el cometido expreso de que se difundieran.




En el año que empieza, 2023, se cumplen 15 años del proyecto Arte Otro en Uruguay y estamos programando distintas actividades (publicaciones, charlas, exposiciones) para celebrarlo.

 Queremos agradecer a todos quienes nos han acompañado en esta aventura que ya lleva tres lustros de esfuerzos ininterrumpidos. El haber podido dar una mayor visibilidad a la producción de artistas cuya obra discurre al margen de la corriente principal del arte moderno y contemporáneo, y muy a menudo por fuera de los circuitos oficiales de difusión cultural, es un logro que hemos ido conquistando entre todos. Sus obras y sus historias se lo merecen. Continuaremos por esa senda.




*Esto permitió que exhibir obras de los artistas: Víctor Andrade / Álvaro Ardao / Federico Arnaud / Verónica Artagaveytia / Daniel Barboza / Andrés Barca / Luis Borteiro / Óscar Caballero / Rafael Cabella / Javiel Raúl Cabrera / Eduardo Cardozo / José Castro / Rosa Cazhur / Cyp Cristiali / Juan de Andrés / Wifredo Díaz Valdéz / Alicia Ferrari / Luis Fonseca / Franc / Carmen García Pernas / Miguel Herrera / Tola Invernizzi / Virginie Isbell / Ignacio Iturria / Marcelo Legrand / Lía Mainero / Alfredo "Lucho" Maurente / Alberto Méndez / Manuel Méndez / Ergasto Monichón / William Moreira / Virginia Patrone / Ricardo Pickenhayn / Roberto Píriz / Sebastian Sáez / Fábio Servetti / Ángel Silva / Miguel Tosi / Nicole Vanderhoeght / Ernesto Vila /Alejandro Yanez / Yudi Yudoyoko.


Exposición de Rosa Cazhur en Fundación Benedetti

 

En el marco de la presentación de la novela Nubes con cuervos de Horacio Verzi (Editorial Yaugurú, 2022) el lunes 5 de diciembre de 2022, a las 18.30 hs, se llevará a cabo la inauguración de la muestra Las vidas de Rosa Cazhur en la Fundación Mario Benedetti. La exposición se podrá visitar de lunes a viernes de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 19:30 hasta el mes de marzo de 2023, en la sede de la fundación, calle Joaquín de Salterain 1293 esquina Guaná, Montevideo.



Las vidas de Rosa Cazhur

A través de Violeta, protagonista de Nubes con cuervos, la última novela de Horacio Verzi (Montevideo, 1946) vislumbramos la silueta difusa de Rosa Cazhur (Durazno, 1947 - San José, 2020). Verzi sondea con gran libertad formal en los penumbrosos corredores de la mente de sus personajes. El amor, la locura, los mitos, la reflexión filosófica campean en estas páginas para trascender las coordenadas ficticias.

Aquí y allá asoman referencias a un poema de Rosa, a sus mariposas pintadas, al ambiente del psiquiátrico, a ciertas voces que nos remiten a un espacio y a un tiempo histórico dado.

Rosa Cazhur fue una artista plástica, poeta y profesora de filosofía que pasó sus últimos años en la Colonia Etchepare. Dejó una producción artística digna de ser abordada de forma integral. En esta exposición se ofrecen acuarelas, poemas y testimonios que podrían leerse como un correlato de la novela de Verzi. Uno que nos acerca la sensibilidad exacerbada de Rosa, atravesada por experiencias límite de dolor, de amor y de búsqueda de comunicación con el otro.

Pablo Thiago Rocca (Texto de sala)



"Sé que vendrás con un sol en cada mano”

Las acuarelas que se exhiben en esta muestra fueron escogidas por su autora Rosa Cazhur) y donadas el año 2016 al proyecto Arte Otro en Uruguay: “Pablo querido, te mando unos dibujos por Isabel, para exponer o lo que tú veas. Te quiere mucho, Rosa.” Escogimos los títulos tomando algunos versos de su producción poética, con la que creemos su obra gráfica está fuertemente imbricada. Están acuarelas y tintas han sido pintadas sobre papel por la época en que se expuso parte de la serie en la exposición Arte Otro en Uruguay (Plataforma MEC, 2008). Conocimos las acuarelas de Rosa unos meses antes, en la exposición “Límites” (Cabildo de Montevideo, setiembre 2008) curada por Susette Kok, que exhibía fotografías de pacientes internados en la Colonia Etchepare y Santín Rossi y pinturas y textos de los artistas allí internados. Rosa entonces estaba en un régimen de externado (más tarde volvería a la Colonia Etchepare en el departamento de San José, donde fallecería a fines del año 2020).

Esta serie de acuarelas constituye una especie de segundo despertar artístico de Rosa, que contaba con una educación en arte ya desde pequeña en Durazno, su ciudad natal. A los trece años comenzó a estudiar con el grabador Claudio Silveira Silva, y en los años sesenta, se traslada al sur del país para formar parte activa del grupo Toledo Chico, de intensa labor cultural en el grabado y la difusión literaria (Revista El Mate, primer edición artesanal de “Hombre y oficios” de Juan Capogorry con viñetas de Rosa, entre otros proyectos de interés que también se exhiben en esta muestra).

 


En la década del setenta estudió psicología (la dictadura truncó su formación universitaria) y ejerció la docencia en secundaria como profesora de filosofía en el Liceo de La Paz y en el n° 22 de La Teja, antes de las crisis emocionales que la condujeron a la Colonia Etchepare. En el Centro Educativo de esta institución publicó su poemario “Sentires” y luego de la muestra de algunas de sus acuarelas en Límites y Arte Otro en Uruguay (2008), expuso en la muestra colectiva Memorias del Inconsciente en la Galería Sur de Punta del Este (2009) y realizó una importante muestra individual en la sala Carlos Federico Sáez del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, bajo la curaduría de María Yuguero (2011).

Para el libro Arte Otro en Uruguay resumimos esta su etapa de acuarelista: “…en el Centro Educativo de la Colonia Etchepare aprendió nuevas técnicas y procedimientos. Hubo una época difícil en que no encontraba una salida a su crisis creativa. La tallerista del lugar, Isabel Cavadini, le sugirió que probara dibujar con los ojos cerrados, como un modo de exorcizar el temor a la hoja en blanco y recobrar así el proceso intuitivo. «Hoy nació Rosa Cazhur», le confió la artista a su orientadora con los primeros resultados. Casi sin espacio disponible, Rosa pinta recostada en su cama con los materiales apoyados en una tabla. Los dibujos de delgada línea salen de una vez, rápidamente, y por el modo en que se escurren por el papel los acrílicos y las tintas, es dable imaginar que también es veloz el esparcido de los pigmentos. Sus series de autorretratos, embarazadas, partos, parejas hombre y mujer, madre e hija, entre otras, recrean un universo personal de gran sensibilidad, con extremos de dramatismo y dulzura. Su obra nace de una vertiente interior y alcanza la forma de un reclamo emocional directo y sin cortapisas.”

En el último lustro de vida Rosa sufrió serios quebrantos de salud. Eso no impidió que siguiera creando, en especial en cerámica, medio en el cual ella se expresaba con solvencia por haber aprendido tiempo atrás con Margarita Courtoisie y que continuó desarrollando con el ceramista y profesor de la Colonia Etchepare, Álvaro Borrazás.

En el año 2016, poco antes que la tallerista Isabel Cavadini dejara su trabajo en la Colonia Etchepare para radicarse en el extranjero, dio cuenta de la voluntad de Rosa de donar doce acuarelas al proyecto Arte Otro en Uruguay. Desde entonces,  varias de estas acuareleas fueron expuestas en distintos museos y centros culturales: en el Museo de Artes Plásticas de Tacuarembó (Arte Otro en Uruguay, 2017), en una muestra en Casamario (Montevideo, 2017), en la exposición colectiva Mujeres extraordinarias de la colección involuntaria en Tribu, Montevideo, (diciembre 2021) y en la exposición Dis/tensiones. Arte otro y otros artistas en Casa Colonial (ex Museo de Arte Americano, Maldonado, enero 2022).

En esta exposición titulada Las vidas de Rosa Cazhur, en el Fundación Mario Benedetti, se exhiben por primera vez la totalidad de las obras donadas por Rosa al proyecto, junto con una serie de documentos y obras de los años 60, así como los poemas que fueron escogidos para titular a las acuarelas.



Por último, queremos recordar la entrevista que en octubre de 2017 Rosa concedió una entrevista televisiva en “Por amor al arte”. En este programa, que conducían Jaime Clara y Malena Rodríguez Guglielmole (NSTV), fue intercalada la entrevista a la artista con las imágenes de estas acuarelas. Entonces, con su mirada de ojos grandes y expresivos, muy demacrada, Rosa respondió  a las preguntas que se le hacieron sin titubear. Habló sobre el arte y sobre la vida. No se guardó nada. Cuando le pidieron que dijera uno de sus poemas, sin sombra de duda recitó de memoria uno de los más enigmáticos: “Los  elefantes azules / Llegaron por una / Primavera de metal / Llegaron y tomaron / Cuenta de la ciudad / De los árboles de las / Plantas y nadie sabe / Cuándo se irán. / Están haciendo / Caracolas de incisos / Con sus trompas y las / Ramas de mar / Están muy preocupados / Con Paul Éluard / Y un cuadro de Rousseau / Después informo más.”

 

 














 

Presentación de Javiel Raúl Cabrera. Entre el olvido y la leyenda

 

El día jueves 3 de noviembre se presenta en la 44° Feria Internacional del Libro de Montevideo Javiel Raúl Cabrera. Entre el olvido y la leyenda, en la sala dorada de la Intendencia de Montevideo. Tendrá la modalidad de conversatorio entre el director del Museo Nacional de Artes Visuales, Enrique Aguerre y el autor de la investigación, Pablo Thiago Rocca. La publicación estuvo a cargo de la Galería Oscar Prato con el apoyo del MNAV. La presentación del libro es una iniciativa de la librería Puro Verso.




Como adelanto, ofrecemos un fragmento de uno de los capítulos.


Javiel por Javiel ¿Qué es la pintura?

 

Pese a la abundancia de testimonios orales –que suelen alimentar la leyenda, con sus habituales exageraciones e inexactitudes–, son escasas las entrevistas a Javiel Raúl Cabrera que fueron fijadas en papel. Una de ellas se publicó en 1965 estando internado en la Colonia Etchepare –por María Esther Gilio–, dos llevadas a cabo en seguida del alta de esta institución psiquiátrica en 1981 –Mercedes Saygués­­ y Ramón Mérica – y otras dos próximas a su fallecimiento en Santa Lucía, en casa de la familia Luchinetti –Darío Klein, y Margarita Mora junto con Raúl Zaffaroni–, publicadas en forma póstuma en 1993. De este conjunto se han seleccionado algunos fragmentos referidos a la creación artística.

Sorprende –tomando en cuenta el paso al paso del tiempo y los altibajos de su periplo vital­–, la persistencia de algunas ideas rectoras de su pintura, como la importancia de la geometría y el tono, el empleo de la poesía escrita como herramienta inductora de la creación y los recuerdos como meta principal de su hacer.

Se ha añadido a esta breve compilación, algunas notas de un borrador manuscrito para una charla en la inauguración de una muestra en la AIPE, en 1947, valioso testimonio inédito de sus ideas juveniles.

 

***

 

-¿Qué pintás Cabrerita?

-Pinto la alegría.

- ¿La alegría? ¿Así, con tanto violeta?

- Una calavera gris sobre una cortina violeta es la alegría.

 

Diálogo entre María Esther Gilio y Cabrerita hacia 1937. [1]

 

***

Mis pinturas son ante todo geométricas, es decir, tienen su fundamento en una realización, pero tal realización se basa en el fruto de un análisis hecho con el pensamiento y la conciencia. […]

Me parecía que el hombre no había explorado bien sus sueños, no conocía amores extraordinarios, y el paisaje visto al revés de una columna les era completamente desconocido, mapa que el hombre nunca verá, la peregrinación contraria a sus lujurias, cierta naturaleza de murciélago dado vuelta, ojo de pez de raras salvaciones a la izquierda de los barcos.

Yo exploraba mi interior como quien analiza un buzo, conocía la primera rama de un impulso y de esa situación es que no pudiendo encontrarme en hombre me encontraba en mujer o en niño […]

Se hace un cuadro con el sentido de una matemática de realización, donde cabe una sola emotividad anímica con su fundamento en la razón. La pintura que hago hoy es clásica, o voy a ello. Estos cuadros grandes como ven ustedes son ya casi realizados con ese espíritu […]

 Javiel Raúl Cabrera, borrador manuscrito de 1947.[2]

 

***

 

-¿Qué figuras de la pintura uruguaya le atraen?

-Barradas, Figari, Sáez, De Simone. Con éste éramos muy amigos, solíamos tomar mate juntos. Recuerdo que un día me enojé con él y le tiré una piedra por la ventana. Éramos muy amigos, ya lo creo. […]

-¿Qué medio pictórico prefiere?

-Mi siento más cómodo con el óleo, pero suelo utilizar la acuarela porque sus resultados no se pueden cambiar. El tono se logra rápido y de una sola vez.

-¿Cuál es la pintura que Ud. prefiere, Cabrerita?

-La pintura moderna. La pintura tipo Blanes (académica) no me gusta, es muy fría.

-¿Está pintando Ud. ahora?

-Estoy haciendo un tipo de realismo como Barradas. Siempre me atrajo la realidad. Pero del recuerdo. Yo pinto de recuerdos, tanta cosa heterogénea que va pasando, y al final es lo único que nos queda, los recuerdos. […]

Javiel entrevistado por Mercedes Sayaqués [3].  

 

***

 

-¿Quién era su maestro de dibujo?

-Gilberto Bellini, pero estudié con Prevosti también […]

-Siempre o casi siempre hay alguien que es el primero en llamar la atención sobre un artista, sobre un pintor, el que da el primer campanazo, ¿quién es el primero que sabe ver antes que los demás la calidad de su pintura?

-Es mi amigo el poeta José Parrilla, el que tiene los cuadros en Francia… Porque hicimos arte juntos los dos, y la poesía también… Yo hago poesía también, no tengo ninguna escrita, son todas hechas en el momento, pero después no las recuerdo y también escribo novelas, novelas policiales y todo […]

-¿Ya [en la niñez] leía poesía?

-No se trata de eso. Lo que pasa es que para hacer arte hay que conocer la vida, hay que tener un ambiente. Hay que tener una inteligencia de todo lo que hay ¿no?... y después sí se puede hacer arte, como era Picasso ¿no? […]

-¿Reconoce alguna influencia en su pintura?

¿Pintores de los que yo tengo influencia? Ninguna, ninguna… Es natural todo lo mío… todo es de aquí, y está acá. Eso sí: admiro a Matisse, a Picasso, Greco […]

-¿Cuál es el fundamento estético de su pintura? ¿Qué es lo que le mueve?

- El arte mío es un arte que tiende a tener una gran inteligencia primero ¿sabe? Conocer todas las cosas primero ¿no? Antes de hacer el arte, antes de pintar… Porque si no, salen cosas mundanas, cosas de todos los días, comunes, pintura de todo el mundo ¿no? Y ese es un ambiente que ellos desconocen. Pero son todas cosas de aquí, pero descritas de un modo muy especial, muy personal […]

-Si Usted es creyente ¿En qué presiente o ve la presencia de Dios?

- En que la vida es infinita, nadie entiende qué es... Estuvo siempre, pero nadie entiende qué es... Uno mira el cielo y no sabe dónde termina. Si tuviera una terminación en algún lugar no sirve ¿verdad? Y bueno: eso es creer en Dios.

Javiel Raúl Cabrera entrevistado por Ramón Mérica.[4]

 

***

 

-¿Lo conoció a Torres García?

- Lo conocí, sí. Él me admiraba. Yo le pregunté qué clase de pintor era. “Yo quiero saber qué clase de pintor es”, le pregunté. “Yo le voy a explicar” me dijo. Y nada más (…) Bellini fue mi maestro. Gilberto Bellini. También estuvo en París.

- ¿Y qué otros pintores uruguayos le atraen?

- Figari, De Simone, Barradas… y Pittorino, un gran amigo. Era marinero, viajaba en un barco con un capitán. Tiene retratos muy lindos.

-Y de los extranjeros, ¿quién le gusta?

-Van Gogh es un pintor original.

-¿Cuántos cuadros lleva pintados?

-¡Uf! Pasé los mil.

- ¿Y qué pintá?

- Pinto niñas, paisajes, naturaleza muerta, retratos, cosas abstractas… Pero sobre todo realidades de recuerdos. Eso es lo que más queda […]

-Bueno, como le preguntó usted a Torres García: ¿Qué clase de pintor es usted, qué es para usted la pintura?

-Tono y geometría, como dice Torres García. Y líneas, dibujos, proporciones. El dibujo es lo principal en lo que pinto yo. Después está el tono y la geometría, los colores, la música de los colores. Arte ¿no?

 

Javiel entrevistado por Darío Klein en Santa Lucía agosto de 1992. [5]

 

***

 

-¿Y qué es lo que pintás?,¿Qué es, quién es esa figura, esa niña que representás? Cabrerita mueve la cabeza y los hombros como para demostrar desentendimiento.

- Es poesía dice; es poesía, repite riendo…

-¡Pero quien es la persona, la figura representada?

- Recuerdos, dice, recuerdos y ríe… repite el ademán, vuelve a llevar su mano al pelo que alisa inútilmente.

 

Javiel Raúl Cabrera entrevistado por Margarita Mora y Raúl Zaffaroni, en la última entrevista antes de su fallecimiento en 1992.[6]












[1] Citado en María Esther Gilio, “Cabrerita”, Marcha, mayo 7 de 1965.

 

[2] Borrador para conferencia en la exposición de sus pinturas en AIAPE (Asociación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores), Montevideo, 25 de abril de 1947.

[3] “No es una leyenda, es un hombre”, Opinar, 12 de febrero 1981.

 

[4] “El beneplácito de los heliotropos”, El Día, 23 de agosto de 1981.

 

[5] “Con Raúl Javiel Cabrera. Pinto realidades de recuerdos”, El País Cultural, n° 227, 1994.

[6] En “Arte y Psicoanálisis, Trabajo Interdisciplinario”, texto presentado en las II Jornadas de Psicología Universitaria, 1 y 2 de agosto de 1995, Universidad de la República, versión ampliada de otro trabajo publicado en el n° 20 de APU, Revista Uruguaya de Psicoanálisis, Montevideo, diciembre de 1993.